En un análisis sobre la salud de la población latina en Estados Unidos, se revelaron preocupantes tendencias que afectan su bienestar y calidad de vida. La Alianza Nacional por la Salud Hispana aborda esta problemática, subrayando la dualidad entre una mayor longevidad y la prevalencia de afecciones crónicas que demandan atención continua.
La diabetes, la depresión y la artritis emergen como enfermedades persistentes que impactan significativamente la vida de los latinos. Jane Delgado, presidenta y CEO de la Alianza, destaca que, aunque vivimos más tiempo que los blancos no hispanos, enfrentamos desafíos de salud que afectan nuestra calidad de vida.
La incidencia del cáncer se posiciona como la principal causa de mortalidad en la comunidad latina, representando el 20% de las muertes. Las latinas, en particular, muestran una preocupante tasa de mortalidad por cáncer uterino, siendo la segunda más alta después de las mujeres negras no hispanas.
Los latinos también se ven afectados por enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y diabetes, esta última relacionada con índices más altos de obesidad en comparación con los blancos no hispanos. La falta de acceso a seguros médicos se presenta como un desafío adicional, siendo los latinos el grupo étnico con menor cobertura médica en Estados Unidos.
En el ámbito de la salud mental, se destaca que los hispanos tienen más probabilidades de enfrentar ansiedad y depresión, desafiando los estereotipos existentes. Sin embargo, la dificultad para encontrar terapeutas que comprendan el contexto cultural y hablen el idioma complica aún más la situación.
La alimentación emerge como un factor crítico que afecta la salud de la comunidad latina. Datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos indican un aumento en la inseguridad alimentaria, siendo las comunidades afroamericanas y latinas las más afectadas. La baja calidad de la alimentación, agravada por la inflación, contribuye a tasas más altas de obesidad y enfermedades cardíacas.
El informe resalta la necesidad urgente de abordar estos problemas de salud y alimentación, instando a la acción para mejorar el acceso a servicios médicos, promover una alimentación saludable y reducir las disparidades que afectan a la comunidad latina en Estados Unidos.